JUEVES, 10 DE FEBRERO DE 2011
Por Ricardo Palacios Donado
Amar al Junior sobre todas las
cosas es el primero de los mandamientos del barranquillero, y es que Junior más
que un equipo de fútbol se convirtió en un símbolo, no solo de Barranquilla
sino del Caribe colombiano.
Han sido varios los intentos de
otros clubes de acompañar al junior como
compañero de plaza, entre las más recientes, el
caso del Sporting, que
contó con jugadores de primera calidad, como Farid Mondragón, Miguel Calero,
Tilger, etc., sin embargo no pego, o la época del Unicosta cuando Enrique
Chapman le metió todas su energías a la idea del segundo equipo para
Barranquilla y tampoco prospero.
Con el Sporting recuerdo
claramente la guerra que Edgar Perea le hacía, invitando a la gente a que no
fueran al estadio a apoyarlo con justificaciones como la mala organización,
aunque algunos decían que
obedecían instrucciones para que el equipo fracasara financiera y
deportivamente.
El Unicosta recibió más
solidaridad, tanto de la prensa como de las autoridades, incluso de la misma
familiar Char que no lo atacaron de forma evidente, pero Unicosta nunca tuvo
una nómina lo suficientemente competitiva,
y deportivamente tampoco mostró dientes para mantenerse y crear una
afición fuerte.
Hoy se vive un nuevo intento
con el club que conformó la universidad Autónoma del Caribe, y aunque el sentir
de la gente en la calle es que es positivo que nazca un nuevo equipo
currambero, tal parece que los Char no están dispuestos a compartir los afectos
de los aficionados del fútbol en la ciudad con un club que no sea de su
propiedad, ¿Será que presienten que este equipo puede generar una gran afición
entre sus alumnos y ex alumnos y el sentido de pertenencia que eso puede
generar? No me parece consecuente que una familia conformada por Senadores y
Alcaldes, manejen una política tan antidemocrática donde lo que opine la ciudad
en general ha sido lo de menos.
Yo soy y seguiré siendo
juniorista, pero sinceramente me pareció egoísta, muy poco altruista y
evidencia de inseguridad la decisión de la familia Char de no concederle el
permiso a el club Uniatonoma para jugar en el Romelio o cualquier otro estadio
de la ciudad, de hecho me parece poco justa la ley que les da esas facultades,
ya que creo que esa decisión no debería ser potestad de alguien que tiene
intereses creados en un negocio particular.
Ver a Medellín con 4 equipos
(todos de su área metropolitana), a Bogotá con 3 y buscando el 4, Cali ha
tenido tres, y Barranquilla (o por lo menos su alcalde y su familia) cerrados a
la posibilidad de que una ciudad de más de dos millones de habitantes cuente
con un segundo equipo, me deja la sensación de que aún estamos lejos de ser una
metrópolis y por lo tanto a
pensar como tal.
Me alegra por Sabanalarga que
tenga la opción de ver fútbol profesional, de hecho allá lograron ganar el
clásico contra el hermano menor del junior ( Barranquilla FC), pero la
universidad Autónoma es de Barranquilla y merece jugar en su ciudad, aun no
entiendo las razones para no permitírselo, entiendo
que la universidad estaba dispuesta a firmar cláusulas que protegieran los más
grandes temores de los Char, como sería la posibilidad de que en el futuro personas de otras parte
del país se adueñaran de la ficha.
Seguramente, el poder y el
dinero se impondrán y seguiremos con nuestro Junior del alma, que al fin y al
cabo, al igual que el carnaval, nuestro equipo es un sentimiento que llevamos
por dentro, pero creo que nuestra gran Barranquilla merece ser administrada con
más altruismo y menos intereses particulares.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo, pero si lo es, que sea Sportingn un equipo con arraigo, hinchada, linda historia desde los anos 20. Digno de volver
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